Invencibles es el boletín de Kinder con contenido escogido para ti; para ayudarte a ser tu mejor versión de una invencible mamá, que por amor todo lo supera.

Esto es lo que tenemos hoy para tí:

• Pacieeencia piooojo…

• Cómo no tirar la toalla

• Pleitos con hijos adolescentes

Pacieeencia piooojo… que la noche es larga

VALORES👣✝🕯⚖😖👨‍👩‍👧‍👦

Mi mamá me matará. Seguro que me matará al leer que yo asevero que “Paciencia piojo, que la noche es larga” es dicho del año de Tatalapo; porque ella me lo decía desde que yo era muy pequeño. Pues Mami, lamento contarte que ya te hiciste acreedora de un lugar en el mundo de los “dichos de abuelitos”. No dudo que hayas tenido razón en que debía aprender a ser paciente. Pero no te preocupés; creo que Dios se ha encargado de entrenarme poniendo a prueba mi paciencia, en cada oportunidad que puede; pero especialmente cuando lo voy a visitar y me quiero concentrar:

En la iglesia a la que asisto caben 850 personas sentadas, y justo detrás de mi siempre se sientan mis entrenadores de paciencia: la parejita de novios que platican sin cesar, el niño al que llevan juguetes para que se entretenga, las señoras que olvidan que no están en el cuchubal, la mamá incapaz de levantarse porque su bebé llora… en fin… En esas situaciones siempre descubro a mi esposa riendo para sí misma, porque sabe que estoy pensando que “me están poniendo a prueba la paciencia”.

Antes me molestaban mucho esos momentos. Ahora no es que no me irrite, pero al menos ya los vivo con filosofía, pensando que me están entrenando la paciencia. Creo que después de tanto entrenamiento, he llegado a entender que cuando las cosas no van bien -en el ámbito que sea- es cuestión de paciencia, porque todo pasa… esas épocas de “mala racha”, terminan; tarde o temprano; pero terminan. Así que, en medio de los momentos difíciles, no me extraña descubrirme diciéndome hacia mis adentros: “Pacieeencia piooojo…”

Raymond Vernon

Cómo no tirar la toalla

BIENESTAR 💊💰💳💄❤👜

“¡¿¡Hasta cuándo tengo que seguir sufriendo con este $#%& trabajo!?!” me repetí diariamente -y muchas veces al día- en uno de mis tantos emprendimientos. Era un negocio que, con mucho esfuerzo, yo creé “desde cero”… y me daba para vivir… “maomenos”, pero no pasaba “de zope a gavilán”. Yo sabía que el negocio tenía un gran potencial, aliándome con un gran cliente, con el que yo creía que me volvería millonario. Mi respuesta para mi mismo siempre fue “¡No puedo tirar la toalla, mientras exista una oportunidad!” Sin embargo, el proceso fue muy difícil, y arrastré a mi familia a sacrificios que pude haberles evitado si me hubiera empleado para alguien más. En fin…

Después de 10 años en el negocio, y luego de un millón de veces de preguntarme hasta cuándo debía sacrificarnos a mi familia y a mi; logré concretar la alianza con la que tanto soñé. Trabajé muy duro durante un año, y al final; la alianza resultó siendo un fiasco y una gran decepción. Tal vez nunca sepa exactamente de qué manera mi perseverancia (o testarudez) en ese negocio me ayudó a forjar mi carácter o mi voluntad. Lo que si estoy seguro es que, haberme puesto una meta y cumplirla, me ayudó a tomar las decisiones que me ayudaron a cambiar mi realidad. Luego de haber aceptado que mi sueño no se cumpliría, pude reencausar mi vida en un nuevo rumbo, y es lo que hoy me tiene donde estoy, en una mejor condición.

¡No tires la toalla! ¡Trabaja por un cambio! Pero sobre todo… ten fe… con trabajo, no hay nada que no se pueda solucionar.

Raymond Vernon

mentesexpertas

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¿Qué hacemos con los ojos doblados de los pubertos?

FAMILIA 👨‍👨‍👧‍👦🏡✏

He estado pensando en alguna herramienta que me ayude a no pelear cada vez que mi puberto me dobla los ojos...

Creo que es contraproducente pelear y regañarlo cada vez que los dobla después de hablar conmigo, porque últimamente es TODO el día. Por otro lado pienso: seguir como que no pasará nada es imposible, lo único que quiero y mi hígado me pide a gritos es ponerle fin a esta relación tóxica de una mamá desesperada por vivir en paz y un puberto desesperado porque lo dejen en paz.

Por eso me he estado quebrando la cabeza para encontrar alguna forma de hacerle ver la cantidad de veces que lo hace de una manera en que le cale de verdad.

Tomando en cuenta que cada doblón de ojos es reflejo de un pleito no expresado con esta mamá que muere de amor por él.

¿Por qué pelea?

Pelea porque la mamá habla  o pelea porque la mamá no puede hablar con él en ese minuto.

Pelea porque la mamá le baja volumen al radio, pelea porque la mamá le sube volumen al radio.

Pelea porque la mamá lo lleva a hacer deporte o pelea porque la mamá no lo lleva a hacer deporte.

He pensado en varias posibles soluciones de cómo poner los límites a este patojo:

• Ignorarlo durante los siguientes 5 minutos arriesgándome a vivir en un absoluto silencio.

• Darle un sermón acerca del cariño y agradecimiento a su mamá cada vez que lo hace.

• Doblarlos de regreso de manera exagerada.

Y la que más me gusta hasta ahora es: ahorrar un quetzal cada vez que los dobla y al final del mes ir a comer a un lugar rico con él y no comprarle nada... solo que me vea comer. 😜

Probablemente la solución no sea corregir cada vez que lo haga sino hacer de tripas corazón y comportarme como la adulta de la relación.

Chulear cada vez que habla bonito y disfrutar de los buenos momentos juntos poniendo mis ojos internos en el futuro no muy lejano, cuando la adolescencia haya pasado su peor etapa.

Hacer conciencia que la protagonista de esta etapa no soy yo, sino es él en un proceso de autodescubrimiento de su propia individualidad.

En fin... los adolescentes y sus etapas si que nos dan qué hacer.

Ita Obiols

Sabemos que siempre quieres aprender nuevas formas de ir creando tu mejor versión de esa Invencible mamá, a quien nada la detiene. La próxima semana te traeremos más consejos para que crezcas y te fortalezcas en tu tan importante misión.

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DESCARGO DE RESPONSABILIDAD

Nada de lo escrito en este boletín es una recomendación con garantía alguna. El contenido del mismo tiene estrictos propósitos educativos, con el objetivo de ayudarte a descubrir tu propio

Raymond Vernoncamino a sentirte realizada y feliz